domingo, 27 de abril de 2008

Sobre los partidos políticos y demagógicos

Si hay algo que caracteriza el panorama actual es la falta de intransigencia de los partidos. Venden sus ideas por pactar. ¿Y saben para qué? (entenderiamos si piensan que los tomamos por idiotas, pero de todas formas se la respondemos): para llegar al gobierno.
Creemos, y sobre todo vemos, que el fin fundamental de los partidos, hoy, es alcanzar un puesto de poder. El oficialismo defiende todo, hasta incluso lo indefendible, y levanta la mano si el ejecutivo lo pide. Por otro lado tenemos a la oposición ciega, decididamente en contra de cualquier planteamiento del sector oficial. Pensarían de nuevo que les estamos tomando el pelo al preguntar el por qué de todo esto. Pero no importa, se lo decimos igual: porque la cuestión es mandar.
De esto deducimos la crisis actual, el fin es el poder.
A esto súmesele el individualismo. ¿Dónde quedo la visión de conjunto? Se despedazan por ascender . De esta manera intendentes, legisladores, etc., se cambian de bando si esta es la cuestión.
¿Se comprende a donde nos lleva el deseo de poder? Los partidos políticos no deben nunca tener como fin alcanzar el gobierno.
El fin de un partido se ve reflejado en su ideal. Las ideas de estas instituciones pueden ser muy diversas, pero ninguna debería aspirar a llegar al gobierno y nada más. Porque ya no serían partidos políticos, sino partidos demagógicos.
Ganar las elecciones es solo una meta, importante, sí, pero una meta en fin. El ideal es representar una idea concreta, un modo de gobernar que transcienda, que mantenga su esencia en todas las épocas y situaciones. Un ideal que no se venda por un puesto o que pacte para tener un lugar. Un ideal que sea, a su vez, dinámico, que progrese y se modifique positivamente para ofrecer lo mejor. Un ideal que no gire entorno a una persona, sino a un gran proyecto. Un ideal que sirva de escuela y de guía moral para la vida civil. Un ideal que nazca de las bases, de la participación de cada uno de nosotros y no de una personalidad carismática.
Un ideal así debe encarnar un verdadero partido, porque si no, no sería político.
Muchos nos dicen que cambiar esto es imposible. Difícil, seguro, pero no imposible. Solo se solucionará si empezamos a formar parte de las bases de un partido que nos represente, o, si ninguno nos representa, agrupándonos con los que piensan igual. Las cosas se cambian desde adentro.
Pongamos todos nuestro grano de arena para hacer la playa.

miércoles, 23 de abril de 2008

¿Democracia o demagogia?

A diario decimos “que bueno es estar en democracia”, “que linda la libertad de expresión” y otra serie de cosas “venerando” a este sistema de gobierno, que rige, hoy en día, en casi todos los países del mundo, pero… ¿Vivimos en una verdadera democracia o somos victimas de una demagogia? ¿Sabemos “aprovechar” las ventajas de vivir en democracia? ¿Nos ocupamos y tratamos de que no se convierta en una verdadera demagogia?
La democracia no es solo convocar a elecciones: es Estado de derecho, sistema de reglas, poderes separados, prensa autónoma, magistratura independiente…etc.…
Como podemos observar, casi ninguno (o ninguno) de los anteriores ítems se cumple en la actualidad en nuestro país.
En un país con una verdadera democracia no se le impide a un diputado electo legítimamente asumir su banca, ya que existe la justicia electoral que puede impugnar a los candidatos antes de las elecciones, y ocurre que otros diputados, que no tienen la autoridad para juzgar sobre el tema, deciden si debe asumir o no el legislador.
En un país con una verdadera democracia la corte suprema de justicia no es adicta al gobierno de turno, sino, independiente. Aprendamos de Mitre que cuando fue presidente de los argentinos le dio a la oposición la posibilidad de elegir a los integrantes de la corte… cuánto nos falta para eso… qué hicimos con nuestro país?
En un país con una verdadera democracia no existen funcionarios “todopoderosos” que antes de cada reunión ponen el revolver arriba del escritorio y dicen prepotentemente “acá el único que se la aguanta soy yo”.
En un país con una verdadera democracia, las leyes, para ser aprobadas, deben pasar por el parlamento, y no ser promulgadas por decretos de necesidad y urgencia…
En un país con una verdadera democracia existen organismos INDEPENDIENTES que se encargan de dar estadísticas REALES, y no manejadas y distorsionadas por el poder ejecutivo.
En un país con una verdadera democracia se respeta la propiedad privada y no se realizan confiscaciones ni se le ponen precios máximos al campo, es más, en algunos de ellos se lo subsidia…
En un país con una verdadera democracia los medios de comunicación son independientes y muestran la realidad tal cual es, y no se venden por dinero para no mostrar la realidad.
En un país con una verdadera democracia una persona que toma una comisaría es procesada y, por supuesto, no forma parte del gobierno; y una persona que hace declaraciones racistas, diciendo el odio que tiene hacia un sector de la sociedad y que los mataría a todos, también, obviamente, va a prisión.
En un país con una verdadera democracia, (y esto es lo mas importante) la gente se involucra en la actividad política, se informa, asiste o mira los debates antes de las elecciones, y los votos no son comprados con el famoso y efectivo en nuestro país “choripan y la coca”, o el presidente no hace actos como una muestra de fortaleza de su gobierno llevando gente que todos sabemos va por dinero…
En fin, después de esto podemos llegar a la conclusión de que no vivimos en una verdadera democracia, sino en una demagogia. Parece y es preocupante, pero no debemos quedarnos sentados esperando y preguntado: ¿Algún día esto ira a cambiar…? Sino que depende de nosotros de interesarnos, leer, participar en la vida política de nuestro país, para, que cuando votemos, elijamos una opción, a nuestro criterio, buena.
Podremos habernos equivocado en esa opción, pero, seguramente, habremos pensando.
La democracia podrá tener miles de defectos, pero, hasta ahora es el mejor sistema de gobierno que hemos tenido en la historia de la humanidad… Como dijo Winston Churchill: “La democracia es el peor sistema político que existe, con excepción de todos los otros sistemas”.

lunes, 14 de abril de 2008

Sobre ser político

Podríamos definir a la política como la actividad del ciudadano cuando interviene en los asuntos públicos dentro de su sociedad; lo puede hacer con su voz, con su voto, o de cualquier otra forma, expresando lo que cree que es lo mejor para el bien común.
Entonces, es político aquel ciudadano que interviene en los asuntos públicos buscando el bien común. Y si tenemos en cuenta esta definición, se plantea una contradicción con nuestra costumbre de llamar políticos a aquellas personas a quienes criticamos, abucheamos, pero que también votamos y elegimos. Llamamos comúnmente político a aquellas personas que viven de la política, que son nuestros representante (más allá representarnos o no) o que conforman las estructuras de los distintos partidos políticos. Entonces, dejemos de lado la definición vulgar, para pasar a analizar al ser político proveniente de una correcta definición.
El ser político es aquel que se preocupa por la sociedad en la que vive y se mantiene informado, pero que no se queda ahí, sino que elabora una opinión propia, analiza mejores alternativas y tiene una vida política activa. Esta vida política se construye con la participación, que no implica presentarse en elecciones, ni siquiera formar parte de un partido político. Participar significa expresar de alguna manera su opinión política, previamente desarrollada, pudiendo hacerse de múltiples formas, tal vez más de las que creemos. Por ejemplo, cuando se vota con consciencia (a quien representa de mejor manera nuestros deseos) se está participando, o hasta cuando se discute sobre política, obviamente si existe un intercambio de opiniones y se desarrolla con coherencia. Así, existe un aprendizaje de parte de quienes discuten, y luego cada uno puede formular su opinión de acuerdo a lo que le resulta más acertado. Y es esa una de las razones por la que creamos este grupo, para instruirnos en la materia política, y elaborar nuestras propias opiniones adaptándolas a la situación actual.
Entonces, uno de nuestros objetivos es formarnos como seres políticos, y este blog es el medio que elegimos para expresar nuestras opiniones, para participar como seres políticos. Por eso, como sabemos que es muy posible que quieras lo mejor para nuestra sociedad, te invitamos a que seas un ser político, instruyéndote sobre política, y expresando tus opiniones, aunque sea a través de un comentario en este blog. Todo suma.

viernes, 11 de abril de 2008

Una batalla contra el quemeimportismo

En el post anterior dijimos que íbamos a afrontar la difícil tarea de ser luz de la sociedad para disipar las tinieblas de la demagogia.

Para acabar con la demagogia tenemos que empezar por una de sus principales causantes: el quemeimportismo.

Nosotros definimos quemeimportismo como la indiferencia hacia la vida política del país, y por ende a la participación en ella, y a la falta de compromiso en su construcción.

Como ya dijimos antes, nuestro fin es mejorar, aunque sea un poco, a nuestra nación. Y para mejorarla es necesario erradicar al quemeimportismo, piedra en el camino del progreso que tristemente caracteriza al ser nacional. Por eso mismo hemos decidido declararle batalla. Este blog dedicara cada una de sus palabras a hacer desaparecer al quemeimportismo y despertar la participación política en la que tantos está dormida.

Para empezar, les vamos a decir que el país no se construye si no es con las manos de todos. El país es una casa en construcción, nuestros gobernantes son los directores de obra y nosotros, el común de la gente, somos la mano de obra. Es decir, sin nosotros no se llegara a construir el país. Se preguntaran cómo haremos para construir el país, y nosotros les respondemos dejando de lado la viveza criolla, el no te metas y el desprecio a la ley en cada uno de los ámbitos en que nos toca vivir y sobre todo participando, aunque sea solamente conociendo las ideas políticas y los actos de gobierno.

También, todos nosotros, somos dueños de esa casa que se está por construir. Por eso es necesario observar a los directores de obra, para que nuestra casa perdure y no se caiga en pedazos a los pocos años. Además de observarlos, también estamos obligados a elegirlos mediante el voto popular. Para elegir a los mejores es necesario conocer las ideas y proyectos de los partidos políticos, unidades estructurales de la republica. Ponemos énfasis en conocer a los partidos políticos, porque últimamente se confunden los partidos políticos con los “políticos” en sí. No nos dejemos engañar por los personalismos, que no nos llevan a nada.

Concluyendo, todos nosotros, los habitantes del suelo argentino, somos los constructores y responsables del crecimiento de este país. Por eso invitamos a todos los que lean estas líneas a abandonar al quemeimportismo que tanto mal nos hace, para despertar el espíritu político que tanto necesitamos.

miércoles, 9 de abril de 2008

Todo era caos y tinieblas y Dios dijo... Fiat Lux

Más allá del origen religioso, esta frase encierra el fundamento y objetivo de nuestra agrupación: hacer la luz en una sociedad oscurecida por el desinterés político y contribuir, de esta manera, a la construcción de una nación mejor.
Nacimos en febrero de este año cuando decidimos, un grupo de jóvenes de 17 años, reunirnos para debatir e ilustrarnos en materia política.
En una de las primeras reuniones adoptamos el nombre de Fiat Lux para identificarnos, que significa "hágase la luz" en latín y que según el Génesis fueron las primeras palabras que pronuncio Dios al crear el mundo, cuando todo era caos y tinieblas. Tomamos este nombre cuando hablamos de política y demagogia, que fue el primer tema que tratamos.
Convencidos de que la política es la única herramienta fundamental del desarrollo social y civil capaz de revalorizar las instituciones, dilucidar los asuntos de Gobierno, desarrollar y perfeccionar los valores sociales, fomentar y madurar los credos políticos, garantizar la pluralidad, construir los pilares de un Estado, asegurar un sociedad justa y equitativa y ser el motor de un progreso a corto y largo plazo, hemos decidido ser luz. Una luz que despeje los falsos prejuicios contra la política y llame a la participación, para que alí todos juntos seamos participes de la edificación de un país con futuro.
Este blog tiene como fin exponer las ideas del grupo y hacer un llamado a la participación en la vida política del país. También llamamos a los interesados a discutir nuestras ideas y otras, para generar así un mayor ámbito pluralista. Atreverse: tal es el precio del progreso.